Jamás te recuerdo porque nunca te olvido,
tu cuerpo fue la guarida favorita de mi cuerpo.
Hay un estela de ausencia, de coincidencia literaria,
de locas armonias,de piel azteca.
Y ahora tengo las arterias llenas de etcéteras,
y un corazon espartano,y unas manos
que creen en los milagros.
Pero son tan perezosos, son tan impuntuales,
que hermosas tus tristezas, como las mias fatales.
Y ahora tengo las arterias llenas de etcéteras,
y un corazón espartano, y unas manos
que creen en los milagros.
Al límite de un temblor de conspiración divina,
el rumbo de tus sueños coincide con mis pesadillas.
domingo, 2 de marzo de 2008
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